sábado, 5 de noviembre de 2016

Capítulo 15 - Zurich Suiza

Volvió el invierno, volvemos a escribir, sobre un año pasado que parece fue ocupado, por el simple hecho que sin darme cuenta ha pasado un añito desde que me subí a un avión camino a los Alpes.

Hay viajes en donde lo que prima no es ir en busca de lugares si no de personas, y eso es lo que elegí en esta ocasión.
Sin dejar de lado que el entorno ayuda, siempre es bueno volver  a visitar a amigos por el mundo, allá donde estén, y descubrir que te haces persona con cada situación que compartes allá por donde vas.

 En medio de Europa y como si de una isla se tratase, encuentras este oasis que parece vivir en otro siglo, conservando cada pedazo de su pasado y su historia y a la vez viviendo en una dínamica constante de tendecnias en el entorno.
Seguramente el frio y e aislamiento hace que este tipo de lugares conserven un caracter particular y propio. Así como la isla en la que vivo no deja de ser una isla y los Británicos son muy Británicos, los Suizos son muy Suizos.
El viajar en la previa del invierno hace que se pueda disfrutar aún de ese sol frio que deja disfrutar de un paseo perfecto por la ciudad.
Al igual que en Ginebra un lago marca también en Zurich el final de una ciudad, donde sus bancos, museos y galerias de arte contemporaneo sirven como indicador del nivel de ecónomico y cultural que quizás el frio y el aislamiento te da, también así los años de fortaleza inexpugnable adalid de una netralidad en timepos de guerra y entre guerras que ha dejado su herencia a lo largo de los años.
Si bien, de mucho turismo no disfruté esta vez, si que fue una buena toma de contacto para un país que espero pronto volver a visitar, ya sea para disfrutar de sus chocolates ;P o de salvaje montaña nevada.
Quizás algún día pueda tener esa vista sublime del Pico Cervino que tantas ganas me quedaron al ver el horizonte de Zurich.