martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 43 - Santiago de Chile límite 12h

Lo malo que tiene llegar a una ciudad a las 16p.m. cuando tienes que estar en el aeropuerto a las 6a.m. del día siguiente es que se tiene muy poco tiempo para ver la ciudad, y menos cuando hay que comer, cenar, cruzar un rio, subir a una montaña, bajarla, visitar la catedral, el congreso, el palacio presidencial, un museo, el mercado, correos, un parque. . ., solución? Coges el mapa turístico de la ciudad, lo rompes,  te quedas con 1/3 del mismo, y el resto se queda en el hotel(para no arrepentirse por haber perdido algo a mitad de camino). Así vimos...
                                                       ...Santiago de Chile
                                                  
Como os he dicho llegamos a Santiago desde Valparaiso sobre las 4 de la tarde, nos fuimos al hotel "Las Vegas" cosas de Jorge, que quería estar en Las Vegas, estaba en una manzana formada  por hoteles de estilo años 40 que es patrimonio nacional que estaba muy chula, fue el sitio perfecto para descansar 6h de noche, las otras 6 las pasamos viendo la ciudad.



















Salimos a comer y empezamos nuestro flash tour, empezando por los lugares más emblemáticos de la ciudad, la en su día bombardeada "Casa de la Moneda" (el 11 de septiembre 1973) con su gran o plaza, rodeada por la zona financiera, los grandes bancos y la bolsa.                                                                      
Nos acercamos dando un paseo hasta la Plaza de Armas, y de camino pasamos junto al Congreso de la Nación, justo en frente de la catedral donde entramos por una de sus puertas laterales para salir a la fachada principal en la "Plaza de Armas" junto al edificio de correos, donde aún se concentran indígenas reclamando sus derechos y se pueden ver restos de las revueltas estudiantiles de los últimos meses. 
Atravesando uno de los múltiples puentes que cruzan el rió casi seco (a la espera de las primeras lluvias de la primavera) pasamos por el mercado dela ciudad y nos dirigimos hacia la zona de Bellavista donde atravesaremos la zona de los bares de moda hasta llegar a la estación de funicular de Pio Nono desde la que subiremos hasta una altura de 845m sobre el nivel del mar al Cerro de San Cristobal y desde donde se ve toda la ciudad con una impresionante vista a la redonda que en los días muy despejados deja ver toda la cordillera de los Andes, y cuya cumbre esta coronada por una imponente escultura de 13m de la Virgen traída desde Francia en el 1908, y el anfiteatro visitado en 1987 por el Papa Juan Pablo II 

En la bajada nos dimos un paseo por el Museo de Pablo Neruda y tras estas visitas, encontramos una terraza perfecta donde descansar el nonstop tour que nos habíamos marcados, para cenar tranquilos y acostarnos pronto, a las 4a.m. teníamos que levantarnos para irnos al aeropuerto, los otros 2/3 de la ciudad que quedaron por ver esperarán por nuestra próxima visita, ya que lo que vimos de Santiago nos gustó mucho.

domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 42- Que bien se vive cuando se vive bien. . .

Aprovechando que la semana pasada tuve la visita del año y sabedor de que, al igual que a mi, a mi gran amigo Jorge le gusta disfrutar de los placeres de la vida y de los pequeños detalles, decidí enseñarle mis rincones favoritos de esta ciudad y hacer de buen anfitrión, para que tomara buena cuenta de ellos. Fueron 8días que aprovechamos al máximo, atravesamos el continente del Atlántico al Pacífico, y tuvimos tiempo de visitar 4ciudades y dos países en un tiempo récord, lo que nos dejo totalmente hechos polvo, pero que vivimos como lo habrían hecho Danny Ocean(George Clonney) y Rusty Rian(Brad Pitt) en Ocean´s 11 o Johnny Hooker (Robert Redford) y Henry Gondorff (Paul Newman) en "El Golpe" 
                                           
Disfrutamos de un gran desayuno en la terraza de Dain Usina. 
Uno dulce: Zumo de arándanos, mermelada de frambuesa casera, yogurt natural con frutos secos, pan brioche, muffin, bollo de leche y té.
Otro salado: Huevos revueltos a la pimienta, jamón, queso, pan francés y coca-cola.
                                            
Pasamos una tarde en los caballos en el Hipódromo de Palermo, perdiendo apuestas seguras y ganando en los despachos las más difíciles, pues una queja de el jockey que acabo 4º en la tercera carrera logró que bajaran tres puestos al ganador poniendo a nuestro caballo en la cabeza de esa carrera y haciéndonos de oro; bueno, tampoco tanto, 21pesos = 4€ aprox., jaja!! Y fuimos a ver jugar al polo, con una buena segunda manga (no sé ni lo que he dicho, pero como nadie  sabe de polo, da igual)
                                                
Nos tomamos un asado de los que crean afición en "La Cabrera",un chori criollo para abrir boca, 1/2 de lomo de ternera, 1/2 de ojo de biffe de carne Kobe (carne 0% materia grasa)  8cm de auténtica mantequilla, todo acompañado de pequeños cuencos con, patatas andinas, puré de patatas, cebolletas, puré de calabaza, tomates cherry, chumi churry, vinagreta. . ., y todo acompañado de un buen vino,un manjar de los dioses.
                                                
Tras semejante comida que mejor que una buena bebida para asentar el estomago, en el 878 uno de los bares secretos que hay en la ciudad, donde disfrutamos de un mojito al cava.
                                                   
Finalizamos la noche en Puro Bistro, tomando un whisky como dos auténticos gentlemen, "Gold Label" 18 años y "Macallan 18 años", con unas gotas de agua "Gota" manantial con 200000 años de antigüedad.
                     
                                                             
Fuimos al teatro Colón, y contemplamos un ensayo de la orquesta, no sonaba mal, aunque el final no le gustó al director, lo repitieron varias veces, jaja!!

Visitamos la biblioteca del Ateneo.
                                                   
También visitamos el Centro de arte Proa (en el colorido barrio de "La Boca") y comimos de lujo en su terraza con una vista magnífica de su característico puente.
                                                  
Nos pasamos por el patio de los Ezeiza donde Karl Lagerferrrrrrrrrrl rodó con Claudia Schiffer un anuncio para Chanel, y disfrutamos en el bar Dorrego del auténtico estilo Porteño.

 En definitiva  dimos buena cuenta de las cosas buenas que tiene la vida, museos, teatros, tiendas, bares, restaurantes, pubs, parques y jardines, del comer y del beber, y de los lugares sencillamente perfectos que se pueden encontrar en Buenos Aires.

sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo 41 - Valparaiso

Hemos atravesado los Andes y ya estamos en Chile, ya estamos en el Océano Pacífico, y si hay una ciudad en Chile que lleva el Pacífico unido a su nombre, esa es Valparaiso.


La ciudad de Valparaiso debe su nombre a "Valparaiso de arriba" un pueblo de Cuenca que en la actualidad cuenta con 26hab y de donde es originario su descubridor Juan de Saavedra (marinero, y de Cuenca)
                                           
La ciudad se encuentra en el cerro de una montaña con vistas al mar cual anfiteatro romano, en las lomas dela montaña encontramos como la gente ha ido montando sus vistosas casas de colores el las rampas empinadas y los acantilados, acondicionando los accesos con escaleras de vértigo que suben serpenteando entre las construcciones  hasta encontrar la curiosa linea de seguridad, a partir de la cual estas a salvo en caso de sunami (ya que se encuentra en una  zona de alta riesgo sísmico)
                                           
Cerca de las altas grúas del puerto encontramos las zonas aún prosperas de la ciudad con los edificios más representativos y las plazas más bonitas entre lasque encuentras curiosidades como un puesto con chapas en recuerdo a Pinochet al lado de una pared pintada con la imagen de Salvador Allende, fantasmas del pasado que en su juventud quizás disfrutaron de aquel Valparaiso de gran esplendor de la época de entre guerras. 
                                                                      
Es un lujo ir descubriendo a medida que se sube en los funiculares (hoy patrimonio de la humanidad, al igual que su trolebus) las vistas de la bahía a medida que subes por los viejos raíles en un pequeño vagón de madera, que en su día subió a grandes marinos, militares, almirantes, marineros, o mercantes, porque si por algo se caracteriza Valparaiso es por su unión con el mar. 
                                             
Hoy en día de aquellos años de bonanza portuaria quedan los restos de grandes palacetes, oficinas y almacenes de las grandes compañías mercantes, edificios que le dan un toque romántico a la ciudad a la espera de un tiempo mejor y una pronta rehabilitación de una ciudad que no pierde su encanto, pero que podría recuperar el brillo de antaño que aún perdura  en sus casas de colores, aquel brillo que vivió Pablo Neruda en su casa en lo alto del cerro, desde la que cada mañana divisaba el mar y le dedicaba esta oda.
               
                               
Valparaíso, tan pequeña como una camiseta desvalida,
colgando en tus ventanas harapientas meciéndose en el viento del océano,impregnándose de todos los dolores de tu suelo,
recibiendo el rocío de los mares, 
porque en tu pecho austral están tatuadas la lucha,
la esperanza,la solidaridad y la alegría como anclas que resisten las olas de la tierra.

El beso del ancho mar colérico que con toda su fuerza golpeándose en tu piedra no pudo derribarte,

sábado, 14 de abril de 2012

Capítulo 40 - Cruzando los Andes

Tras un día entre viñedos nos levantamos temprano para dejar atrás esos campos de parra en sistema de espaldera y nos dirigimos hacia la cordillera andina. Un muro interminable que se levanta en medio de la llanura argentina.
Carretera nacional y límite de 90km/h convierten la travesía en una odisea, pero el camino es tan entretenido que merece la pena, la pendiente de la carretera no es nada pronunciada y vamos subiendo metros muy lentamente con el paso de los Km, mientras empezamos a encontrar las primeras estampas curiosas de la ruta, como esa familia que cruza la frontera con el coche años 70, repleto de maletas convirtiendo el viaje en algo épico.

Ya en plena cordillera las montañas te haces sentir insignificante, mientras, ante nosotros lo más grande esta por llegar.
Al llegar al "Puente del Inca" (una estructura rocosa natural formada a partir de las emanaciones sulfúricas de las termas) vemos la señal de los 2300m y las montañas que aún nos quedan por alcanzar, mientras transitamos por los encrespados valles andinos.
Llegando al final de la parte argentina el desfiladero de las vías del tren hace su aparición,el cual parece en desuso por su mal estado, pero por el cual un viejo tren de carga realiza su trayecto entre las montañas cruzando pequeños túneles excavados en las paredes más abruptas.
Al llegar al paso del Cristo Redentor, frontera entre Argentina y Chile, se ven las cumbres a lo lejos, con los restos de la nieve sin descongelar del invierno pasado.
A los 3200m la claridad del día es impresionante y da gusto respirar el aire de las montañas chilenas.
Tras la subida por el lado argentino parecía que la bajada iba a ser más de lo mismo y a punto estuvimos de aprovechar para echar un sueño, hasta que de repente. . .
. . .27curvas de vértigo en las que se baja de golpe todo lo que por el lado argentino lleva horas de leve pendiente, un camino en el que desde el 2ºpiso del autobús hace el viaje tan emocionante como uno en la misma montaña rusa, en la bajada puedes ver el vacío, mientras el conductor aprovecha para hacer algún adelantamiento de riesgo "Nivel10"
Ya una vez pasado el laberinto nos dirijimos hacia el mar de Valparaiso dejando atrás la cordillera y sus impresionantes paisajes, un viaje digno de realizar.
"Paso de los Andes" conseguido.

Capítulo 39 - Entre copas

Con motivo de la visita de mi gran amigo Jorge, decidimos atravesar América del Sur de Este a Oeste por la ruta que une Buenos Aires con Santiago de Chile y que llega hasta el Océano Pacifico, y todo en tres etapas, la 1ª transcurre entre Buenos Aires y Mendoza:
14horas de autobús, eso si, en sillón cama y durmiendo del tirón, una mala película y una noche larga atravesando la Pampa hasta una de las 8 capitales del vino, Mendoza. Tras salir a las 19h de la tarde llegamos a Mendoza a las 9 de la mañana donde tras reponer fuerzas y dar un pequeño paseo por el centro decidimos hacer una ruta vinícola, como si fueramos James May y Oz Clarke en Travel Chanel.
Tras 20 minutos de trayecto y una breve explicación de porque Mendoza es la capital del Malbec (mala boca, bautizado así por su difícil adaptación al campo francés) llegamos a una gran bodega "Vistandes", moderna, y de dudoso gusto arquitectónico por parte del bodeguero. En ella degustamos un par de caldos de la zona producidos de forma totalmente mecánica, allí se buscaba el turismo y el fácil vender y rápido despachar, y en la que lo único que podía hacerla digna de mención era su gran vista de la cordillera andina. Quizás el dueño tenga aún que aprender más del amor al campo, al suelo y a la vid, y no sólo el amor al vino en una botella, el uso de tapones de silicona o plástico, la industrialización y la exportación. (Y esto lo digo con el conocimiento de dos vendimias a mis espaldas)
Tras esta visita nos dirigimos a Vinos Don Arturo en la zona de Maipu, una pequeñita bodega familiar que tras ser montada por una familia adinerada francesa por la década de 1920 al más puro estilo de las bodegas de la rivera del Loira fue comprada por la famila de Don Arturo, la cual conservando las antiguas barricas y métodos de vendimia y separación tradicionales para la creación de los vinos, mostos y orujos ha conseguido mantener el encanto de los precursores del Malbec en Mendoza.

Almacenes de madera albergan en su interior antiguos barriles de roble francés, hoy en día ya en desuso, pues ya realizaron su labor y no pueden ser utilizados de nuevo, fueron traídos por piezas desde el viejo continente y montados en el interior de la bodega; forman parte ahora de un pequeño museo en el que se puede comprobar el gusto por todo lo que rodea al vino, de una familia que vive de ello.
En uno de los pequeños comedores de la casa pudimos disfrutar de los vinos (de los cuales si que no tengo ni idea) y del buen gusto por todo lo que los rodea, con una gran explicación por parte de la dueña de la casa, Doña Gloria; sobre los matices de cada uno y su producción hasta el momento de presentarse en la botella. Malbec, Cavernet Sauvignon, Syrah, Tempranillo, en el jardín bajo la sombra de magnolios y con el toque fresco de las hojas caídas del alcanfor al pisarlas disfrutamos de un gran momento imaginandonos por un momento ser los dueños viticultores de esas tierras, una tarde genial.
(Aclaración: Nuestras caras no son de borrachos, son de increíble cansancio tras 14horas de autobús y reenganche con la visita bodeguera)