El pasado noviembre tuve la
suerte de poder tener uno de los mejores planes que haya jamás en este país,
asistir a un partido internacional de rugby entre dos de los combinados más en
forma y que más espectáculo ofrecen en el mundo del oval. Gales-Nueva Zelanda.
Tren Bristol-Cardiff y. . .
descubrir una ciudad maravillosa y diseñada inteligentemente en función de la importancia
de las cosas, un centro urbano pequeño y fácil de recorrer, donde el castillo
de la ciudad es uno de los centros clave y una gran calle peatonal repleta de
vida, une el centro neurálgico de la ciudad durante la edad media con el centro
neurálgico de la ciudad en la actualidad el Millenium Stadium de Cardiff, diseño
inteligente para las cosas que importan, jaja!!
Llegar a Cardiff en un día así es
respirar rugby desde el primer momento en que uno baja del tren, ambiente desde
el minuto uno, el partido coincidía con el Tour que suelen hacer las
selecciones más potentes del hemisferio sur contras las del hemisferio norte,
Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, Tonga, Samoa y Fiji VS Inglaterra,
Francia, Gales, Escocia, Irlanda e Italia, tour que para este 2015 servirá como
preparación para el mundial de Inglaterra en sept-oct., en resumen un plan
perfecto para un fin de semana fresco y soleado.
En cuanto a Cardiff no me dio mucho
tiempo a investigar la ciudad, había quedado con mis primos para la pinta de
aperitivo y una breve ojeada al castillo y las calles aledañas, fue lo poco que
me dio tiempo a ver, lo poco y suficiente para ver que pronto he de volver.
Ir a un evento de este estilo
está bien, pero si además tengo el lujo de poder disfrutarlo con unos locos del
rugby y que además son familia, pues mejor que mejor, risas anécdotas y un buen
paseo por la ciudad, en la que se respira un ambiente increíble convirtieron el
día en una gran inversión vital.
Acercándose la hora del partido
empezamos a acercarnos hacia el estadio, una mole impresionante con capacidad
para más de 70000 aficionados y que aparece inmenso al lado del rio tras pasar
por esas callejuelas repletas de fans y pubs donde rivales confraternizan sin
ningún tipo de diferencia, algo inimaginable en otros deportes.
Tal es la camaradería en
cualquier momento que enseguida nos vimos rodeados de Kiwis con sus camisetas
negras compartiendo con nosotros un trago de whisky de nuestra bota de “vino” , y ya con el tiempo encima
entramos en el estadio. . .
Los 15s titulares calentando, y
la grada entonando Sweet Caroline laralalaa. . . unos minutos de previo y. . .
. . .fuera luces, un foco blanco
ilumina el túnel de vestuarios y con paso lento sale como si de un gladiador se
tratase Richi McCaw, capitán y pilar base
de la selección Neozelandesa, intimidando con su figura a todo el estadio y
seguido de todo su equipo, estampa espectacular, sólo superada por la entrada
en el estadio de los dragones rojos de Gales y la locura de toda la grada con
un espectáculo de pirotecnia y lenguas de fuego espectacular, por si le faltaba
ambiente al partido, semejante puesta en escena hace pensar que la esperada
superioridad de Nueva Zelanda quizás no sea tanta en este escenario.
Pero la temible Jaka silencia de
nuevo el estadio dejando todo listo para el momento en que el balón empiece a
volar.
El partido? Una increíble primera
parte de Gales, que les dejo en superioridad en el marcador hizo pensar que el
empuje de la grada valdría más que el de la delantera Neozelandesa, pero en una
segunda parte con Gales agotada y los movimientos claves del banquillo hicieron
que salieran a relucir los mejores All Blacks, destrozando en 30minutos al
combinado galés, pero no sin antes dejar claro que para el mundial Gales estará
ahí, dejándose antes el último aliento y desquiciando a los grandes hasta el
punto de que la rabia en sus rivales haga que alguna vez vuele algún puño en
pequeñas grescas, como en este caso, síntoma de que a los grandes les duele
cuando un equipo trabajador les hace frente, y ahí está Gales quien a base de
sangre, sudor y lágrimas dará que hablar en el mundial 2015.
Un plan espectacular en buena compañía
digo de repetir, el resultado un engañoso 16-34 para Nueva Zelanda que no refleja
realmente lo que sucedió en el campo, pero que hace ver quien sigue siendo el
Rey.
Plan para repetir desde el minuto 1 y siempre en buena compañia.