martes, 19 de febrero de 2013

Capítulo 14 - Londres

Lo bueno de visitar una ciudad en la que ya has ido de turismo un par de veces, es que puedes ver lo que realmente quieres, con calma, sin prisas y sin acabar agotado, y eso es lo que hice el fin de semana pasado.

Llevaba tres fines de semana sin salir de la campiña, demasiado tiempo sin hacer alguna excursión, así que el jueves me puse a buscar donde podría ir y. . . me compré un billete de ida y vuelta a Londres. Suerte de conocer siempre a alguien en algún lado, que hasta me fueron a buscar a la estación.

El viernes. Un paseo tranquilo por la zona de Picadilly, Leicester Square y Bond Street. Todos los lugares donde la gente sueña con convertirse en artista de algún musical, modelo de éxito, o rico aristócrata, allí donde se saborea Londres, donde encuentras gente de todas partes del mundo sacándose fotos bajo los carteles luminosos de  la plaza de cupido. 

Buena toma de contacto para el primer día, para sacudirme el polvo del campo y convertirme en uno de más de los ciudadanos de la ciudad del Tamesis, y tras un día de trabajo largo, viaje en tren y un paseo por el centro, que mejor que acabarlo con una buena pinta en el típico pub y en compañía inmejorable.
El sábado toco arte. Salir de casa como un Londinense más es un lujo, manos en los bolsillos y ticket de metro, sin mochila de turista, sin plano de turista y sin 15 cosas de las que estas pendiente cuando viajas, y camino a la National Gallery. La gente justa en el metro y un viaje tranquilo, al llegar a la National Gallery un paseo de camino a través de un par de salas hasta llegar a mis objetivos. Una visita obligada a la sala de "Los Embajadores" y otra por la del "Matrimonio Arnolfini" y directo a mis favoritos: La luz de los Turner, y el colorido de los impresionistas. Una visita tranquila y sin excesos para no acabar saturado de arte, la mejor forma de disfrutarlo, un lujo. 
Continué la mañana con un paseo por Covent Garden donde My Fair Lady paso de sin techo a mujer de la alta sociedad entre el Apple Market y el Teatro Real de la Opera y acabé comiendo en un pequeño local en el SOHO antes de dirigirme a la TATE Modern.
Metro obligado a St Paul, para cruzar el Millenium Bridge, a un paso menos frenético que el del centro de Londres, disfrutando de la vista: El London Bridge, la Torre de Londres y el Shard (el nuevo rascacielos en el paisaje de la ciudad) Y en la TATE!? Lo mismo de siempre, obras controvertidas, sinsentidos y sorpresas, pero sin duda lo mejor, como siempre, la vista de la City desde la cafetería en el 6ºpiso.
Por la tarde quedé con Marta, con quien disfrute de un genial paseo pegado al río en dirección a la Torre de Londres, y después hacia el mercado de Spitafields, vació de puestos al ser sábado, pero lleno de la gente más cool que puebla la ciudad, nosotros :P jaja!!
Vuelta a casa, un poco de fiesta, hasta pronto, que en Inglaterra ya sabemos que no se sale mucho (volvimos a las 6)

Y un domingo tranquilo por el barrio de Shepherd Bush antes de volver a Waterloo y camino al día a día de la campiña.

En definitiva un fin de semana perfecto para desestresarme del campo (que a veces también estresa)  

 Mil gracias Marta, que te portaste de lujo y me lo pase genial contigo y  con tu tropa. Un beso enorme!!