sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo 16 - Casa Rosada - San Telmo


Gracias a la suerte de haber venido a Buenos Aires en el bicentenario de la independencia de Argentina he tenido el placer de poder visitar la Casa del Gobierno.

Rosada porque en ella pueden convivir las dos ideologías mayoritarias existentes en el país representadas por los colores blanco y rojo, y esta tonalidad se cuenta que la obtuvieron rebajando sangre de buey con agua.

El interior aún en restauración, en ciertas partes, tras los bombardeos de la Plaza de Mayo en 1955 esta recuperando la imagen de los años de esplendor del país.

Un paseo por salas de reuniones, salones de encuentro con lideres mundiales y populares y el despacho de la presidencia que acaba de renovar cargo para otros cuatro años, en los que incomprensiblemente seguirá yendo de su casa a la Casa del Gobierno en helicóptero, cosas del poder, jaja!!

Pero lo que realmente merece la pena es visitar aquellos lugares desde dónde ciertos lideres intentaron cambiar un país a mejor, y desde donde otros lo único que consiguieron fue formar parte de la historia negra de la política, en uno de esos capítulos para olvidar de la política Sudaméricana.

Y es precisamente eso lo que más me gustó, aprender y llenarme de esta tierra, y visitar muy poco a poco (para sin prisas que no se me pase nada) los lugares de "Mi Buenos Aires querido".

Tras la visita al edificio de la presidencia, fuimos a conocer el barrio de San Telmo y su mercado (Calle Defensa) metros y metros de puestos con recuerdos típicos y curiosidades, algún que otro grupo de música callejera dando vida al mercadillo y a medida que se avanza, tiendas de antigüedades, y en la placita Dorrego parejas de tango peculiares dan ambiente al lugar.

Fachadas que en su día albergaban casa señoriales ahora esconden patios con sabor, como el de la Casa de los Ezeiza, que con su suelo ajedrezado y sus locales peculiares, tiendas, bares/restaurantes y su atmósfera bohemia lo convierten en un lugar tranquilo dentro del caos de gente que es la calle del mercado siempre abarrotado y lleno de vida.
En definitiva un barrio genial con el gusto de la vida del auténtico Buenos Aires y que es un placer disfrutar en buena compañía.

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