Leuwardeeeeeeeeeeeen, Leuwarden la verdad es que no tiene mucho que ofrecer, pero ya que hemos ido, jaja!!
La idea era la de ir a una carrera popular el domingo pasado, pero por factores externos, que mejor dejaremos para otra ocasión (me colé en la carrera de 21km, en vez de la de10km, que era la que yo iba a correr; y tras 12km me di cuenta que algo iba mal, pero bueno, fallo organizativo, jaja!! otra vez será) Aprovechando, pues me di una vuelta por el pueblo.
Un pueblo tranquilo, con corte auténticamente Holandés, sus canales, su iglesia, su estrecha casa flamenca entre las más señoriales de los mercaderes, algún barco de carga al lado de un parque en el canal, y maquetas y proyectos arquitectónicos modernos y originales que van inundando cada pueblo o ciudad de Holanda, como dice por ahí: Tienen que hacer edificios alegres ya que el tiempo no alegra muy a menudo.
Lo más curioso del pueblo probablemente sea la torre del campanario de la iglesia, que a medida que se construia, por e siglo XVI, se fue hundiendo en el terreno arenoso típico de Holanda, y de ahí que a medida que iba adquiriendo altura la fueran enderezando de forma que ha seguido en pie hasta día de hoy, el objetivo inicial era tener una torre más alta que la de la ciudad vecina de Groningen, nunca se consiguió, ya que el proyecto se paró por riesgo de derrumbamiento y con ese parón se demolió la iglesia, dejando sólo el campanario, que tan mal no fue corregida cuando sigue en pie 400años después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario