Pero en Mayo, el mes donde seconcentran todos los festivos del anho en este país, mientras el resto lo pasas esperando, siempre hay un hueco para acercarse a Amsterdam a dar una vuelta sin plan fijo y pobar suerte, probar suerte con todo, porque en este país da igual salir de casa con casi 20 grados porque al llegar donde vayas, va a estar lloviendo, con viento y 3 grados al sol.
Así me dirigí a Amsterdam con la idea de visitar el Rijkmuseum, nada más llegar, recien abierto tras 10 aos de ampliación, restauración y construcción. La entrada? Simplemente imposible, mejor pensar en reservar pr internet la próxima vez, pero la cola daba las mismas vueltas al edificio ya fueras con entrada o sin ella, así que ya encontraré el día, porque el edificio al menos, no lo han dejado nada mal, pero como hace poco leí, "a un edificio no lo hace grande su arquitectura si no lo que sucede dentro de él" y dentro del Rijkmuseum no creo q nada malo.
Como entran el la magnífica pinacoteca fue tarea impsible al menos enganar un poco a la mente y pasar por la plaza Rembrandt donde poder pasear entre los personajes de su famoso cuadro "La ronda de noche" convertidos en magníficas esculturas a los pies de una escultura del gran pintor flamenco que adapto a su estilo la visión del famoso ciaro-oscuro heredado de Caravaggio.
A parte de un tranquilo pase entre canales, puentes y algún que otro mercadillo, tengo que resaltar la visita a la magnífica exposición del Word Press Photo, donde las fotografías más premiadas e impactantes del mundo del periodismo detienen en una imagen mil historias a lo largo del globo, muy recomendable además de muy bien ubicada, en De Oude Kerk, la vieja iglesia en el centro del siempre bullicioso Barrio Rojo.
Una visita tranquila, sin prisas, dejando que la ciudad te deje ir descubriendo poco a poco lo que de turista nunca verías, ya irá tiempo de sobra de descubrir cuadros en futuras visitas más planeadas.
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