Hoy no voy a
hablar de ningún plan de fin de semana por la campiña o historia curiosa en el
trabajo, hoy tengo que hacer un parón en mis historias y abrir un paréntesis en
honor de dos personas fascinantes que aunque aún no conozco en persona he
tenido el honor de conocer y colaborar con ellos en la distancia.
Bill Carter,
es un periodista-escritor-corresponsal de guerra, al que la muerte de su novia
en un accidente de tráfico le llevo a la busca de una nueva vida, embarcándose
en una misión de paz se adentro en la ciudad sitiada de Sarajevo, donde entró
en contacto con Alma Catal, una chica que por 1992 simplemente era una niña
perdida en la incongruencia de una guerra más sin sentido, donde tuvo la
desgracia de vivir de cerca la perdida de amigos, de familiares y de su niñez.
Pero ambos se encontraron en el momento oportuno, Bill tuvo la suerte de
conocer a una niña con una fuerza y voluntad inquebrantable a pesar de los
infortunios de la vida, una niña a la que era imposible borrarle el brillo de
sus ojos. Alma, tuvo la suerte de encontrar en Bill una ventana al mundo, una
vía de escape al horror en el que vivió Sarajevo durante 4 años.
Los dos
lucharon codo con codo por salir adelante, por ver en cada caída una
oportunidad para levantarse, y ambos lo lograron, ambos lucharon por poner a
Sarajevo en el centro del mundo, por mover a Europa de su sofá. Y lo
consiguieron, con la ayuda de otros muchos, entre ellos el grupo Irlandés U2,
con el que a día de hoy siguen en contacto.
En la
actualidad, Bill Carter es un periodista que desde sus artículos y libros
intenta despertar conciencias por diversas causas, y pone su grano de arena en
un intento de un mundo mejor desde su casa en Arizona, mientras en sus ratos
libres no deja su pasión por la pesca del salmón.
Alma Catal
ejerce como profesora de inglés en una escuela en Sarajevo, mientras espera
para comenzar una nueva aventura en una Universidad de Nueva York donde ha
conseguido acceder gracias a la ayuda de Bill.
Ambas
personas han tenido una vida llena de dificultades, de momentos que parecían
imposibles de superar y ambos han salido adelante, mostrándonos que la vida es
mucho más fácil de lo que parece.
Con ellos, he
tenido la oportunidad de intentar colaborar en su montaña de arena, poniendo mi
granito; y quizás haciendo llegar, a quienes lo lean, un recuerdo necesario,
tan cercano en el tiempo y la distancia como es Sarajevo 1992.
Mi pequeño
artículo en el nº 5 de la revista MASGALICIA simplemente es un agradecimiento a
la inquietud que despertaron en mi estos dos personajes por su aventura, su
vida y su historia, más allá de los eventos que rodearon su periplo, y la
guerra que les tocó vivir, para mí siempre serán héroes anónimos del S. XX, de
los que nunca se hablará en los libros, pero que con su labor cambiaron el
rumbo de un país en guerra igual que cambiaron mi manera de ver ciertas cosas
en el mundo, por todo esto y mucho más, a Alma y a Bill, gracias por hacerme
mejor persona, gracias y mucha suerte amig@s!!
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