Hoy, el día en el que el Gobierno Argentino ha prohibido la importación de libros de Estados Unidos y Europa (porque dice que la tinta que usan contiene plomo y es nociva para la salud, o a lo mejor también es porque el conocimiento libre y consecuente creación de opiniones independientes por parte de la ciudadanía asustan de sobre manera al mismo gobierno) toca hablar de libros, porque como dice la frase que te encuentras al llegar al escaparate de "Libros del pasaje". . .
"Leer es amar" y siempre es más fácil con sitios como este. Un viejo almacén en el que con muy buen gusto han restaurado sus muros para llenarlos de estanterías de estilo años 50 con sus escaleras móviles, y libros del suelo al techo.
En la parte en la que se encontraban las oficinas del almacén puedes ver a través de sus cristales la cafetería, donde puedes disponer de un buen libro sin que nadie te moleste como si de una sala de la biblioteca nacional se tratase. Un lugar en el que el lujo por los detalles le da un toque perfecto, como ese rincón en el 2º piso balconado (donde se hayan los libros de arte) desde el que puedes ver toda la librería desde lo alto, sentado en un sofá.
Su aire místico recuerda a "El cementerio de los libros olvidados" en "La sombra del viento" de Carlos Ruíz Zafón quien ha dejado su huella en el muro de la librería "La sombra visitó la mejor librería de Buenos Aires", muro que preside el fondo del local y en el que las visitas de los escritores quedan plasmadas para siempre, Maitena, Siri Hustvedt, Alan Pauls, Liniers, Javier Marías y muchos otros, quienes han sabido apreciar y disfrutar de un lugar donde como dice esa pintada te das cuenta que "leer es amar"
"Al acabar el día parece que el gobierno de la nación se ha retractado de su decisión y va a seguir dejando entrar libros del extranjero, gran noticia que no debería haber sido necesaria"
No hay comentarios:
Publicar un comentario